¿Cómo es que esta serie va ya por su séptima temporada? Esta es una pregunta que se contesta sola si uno vio nacer el universo de Donald Draper desde sus inicios y ha estado viendo como, paulatinamente se han desarrollado los acontecimientos y los varios personajes que hacen de esta serie un derroche de subtramas interesantes. Es cierto que todo gira en torno a Don y a lo que sucede en la agencia de publicidad de la cual es socio, sin embargo, cada uno de los personajes secundarios tiene sus historias que contar y todas ellas son interesantes. Dosificadas a lo largo de la temporada con un tempo envidiable, ninguna llega a cansar, lejos de eso, de tanto en tanto, extrañamos la aparición de algún personaje favorito, personajes que pueden ser favoritos por lo simpáticos que nos caen o por lo mucho que los odiamos. Mad Men es una especie de teleteatro avanzado, no hay porqué negarlo. Aún así lo de avanzado no es menor, las actuaciones son impecables, y la dirección y el esmero en la ambientación de época es arduo. Sólo ver la decoración del nuevo apartamento de Don es un placer en sí mismo, a propósito de lo cual, la temporada arranca con tantos cambios en la vida personal de Don y de la empresa que parece ser que ambos se están reinventando a sí mismos. Si bien parece que todo va bien, sobre el final de la temporada todo parece indicar que habrá que hacer borrón y cuenta nueva otra vez. Algún personaje importante abandona la serie definitivamente, podrá ser una pena pero por otra parte deja al personaje con un bien cierre, al menos narrativamente hablando. Un 4. Por Gastón.
Puntajes:
Federico:
Fito:
Gastón: 4
Leo:
Martín:
Rodrigo:
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